Desde hace unas semanas pensaba escribir un artículo titulado “lo que la pandemia me dejo”, pero, con el pasar de los días, viendo que esto va para largo, me decía si no sería mejor titularlo “lo que la pandemia me está dejando”.

Al final, preferí ponerle “Memento Mori”. Es una frase de origen griego que significa “Recuerda que morirás”, que pienso que resume lo que he aprendido durante este periodo. Y no lo digo de manera negativa, tipo “total, me voy a morir, así que no importa nada”, al contrario, lo trato de ver como un recordatorio diario de que no sabemos nuestra fecha de expiración en este planeta. Hemos visto cómo ni el dinero, poder, ni estatus social te libra de las garras de lo que en un inicio se decía que era una simple gripe.

Viendo la vida de esta manera, se me hace más fácil definir mis prioridades:

– De qué me sirve comprar un carro carísimo, si el que tengo me lleva a cualquier parte y le funciona el aire acondicionado. Prefiero arroparme hasta donde llegue la sábana y vivir en paz. Total, con casi todas las cosas materiales, esa “felicidad” inicial es de muy poca duración, y al poco tiempo estamos buscando cuál será la próxima compra que de “VERDAD” nos hará felices.

– Aprendí a no decirle que si a todo. Cuando le dices a algún compromiso que si, a otra cosa le estas diciendo que no (así sea a tu tiempo de descanso).

– Por el otro lado, luego de pasarme la vida barajando cualquier juntadera con amigos, me di cuenta de que al final yo no soy tan “anti-social” como pensaba, y aprendí que entre las cosas más importantes están la familia, amigos y comunidad. Ahora soy yo el que trato de iniciar cualquier intercambio.

Empezar el día con el recordatorio de que algún día moriré, me sigue motivando a hacer ejercicio y estar en salud en general. A seguir aprendiendo y explorando mi curiosidad. A conocer personas y hacer nuevas amistades. Porque el saber que voy a morir no quiere decir que quiero que llegue rápido, sino que me motiva a sacarle provecho al tiempo que me queda, no con las cosas materiales, sino con las cosas que de verdad duran.

Javier